martes, 24 de noviembre de 2009

El Viaducto

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Córdoba tuvo dos accidentes (ya fuesen geográficos o humanos) que dividieron la ciudad, no ya en dos, sino en tres partes bien diferenciadas. El norte, el centro y el sur. Y separándolos el VIADUCTO y el RÍO.





El tiempo, y por qué no decirlo las inversiones y los avances de la ciudadanía, han ido dibujando otra Córdoba en la que se ha ido integrando el grueso de la ciudad.





Hasta que se construyó el Viaducto en el año 1920, Córdoba no contó con un paso elevado que salvase el entramado viario. Y posteriormente fue en 1953 cuando se le incorpora en paralelo otro similar para ensanchar el existente y dar salida al tráfico que iban en aumento en esa Córdoba de los cincuenta.





Yo me quedo con mis recuerdos de infancia, de esa Córdoba algo medio desolada. Por aquella época vivía en el norte de la ciudad y cuando acompañaba a mi madre hacia el centro, si lo hacíamos andando, atravesábamos el Viaducto. Si evoco ese lugar en la ciudad siempre me llega ese sentimiento: desolación.





Fuese porque se encontraba completamente desabrigado, en alto, a la intemperie... atravesarlo en verano era criminal. La sombra era una ilusión en toda la extensión de la palabra. Y para un crío de mi edad se hacía interminable. Y en invierno más de lo mismo. El viento que bajaba del Brillante te hacía tiritar de frío.





Si no recuerdo mal, esta infraestructura también sufrió el paso del tiempo. Aunque como dije se amplió en los cincuenta, en los setenta tuvo que ser suspendido el tráfico rodado en un lateral, concretamente en el lateral izquierdo, ya que aparecieron numerosas grietas (alguna hasta dejaba entrever las vías que salvaba el viaducto).





Ya en mi juventud, aún recuerdo un kiosco que se encontraba a los pies del Viaducto. Casi como que era el último en cerrar... o quizás el primero en abrir. Y allí solía tomarme la última en aquellas noches que se me antojaban cortas para vivir o decir todo que encartaba.



Buceando en la información que he ido buscando para documentarme de esta entrada me he dado de bruces con Papi y Cahue, a los que se les atribuía incluso una tentativa de hacerlo volar por los aires.







Con motivo del Plan Renfe, el Viaducto se derribó en la década de los noventa.

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